Lo primero, pediros perdón porque ayer no hubo entrada
Por eso, la entrada que se debería de haber publicado ayer la publico hoy, junto con la que corresponde al miércoles.
En fin, el mini-relato de esta semana es un poco la continuación de la novela que estaba escribiendo. Subí el principio hace un tiempo para ver que os parecía, así que voy a poneros un poco para que comentéis que os parece y si merece la pena continuarla o no. ^^
Aquí tenéis la continuación de EL MISTERIO DE LA PIRÁMIDE PERDIDA
CAPÍTULO 1: LO
QUE SUCEDIÓ AQUEL DÍA DE VERANO
Era una calurosa
tarde de verano como tantas otras en El Cairo. Aileen y yo estábamos sentadas a
la orilla del río Nilo, hablando de nuestras cosas como siempre hacíamos
después de comer. El tema de conversación de hoy eran los chicos. Vaya latazo.
-Bueno, Nicole -me
dice con una sonrisa pícara atravesándole la cara-. Confiesa, ¿te gusta
alguien?
-Aileen, eres mi
mejor amiga, ¿no crees que si me gustara alguien te lo habría dicho ya?
-Jo, Nicole, le
quitas todo el misterio a esto, no seas aguafiestas.
-Lo siento,
Aileen, pero ya sabes que no me gusta hablar de chicos. Prefiero hablar de otra
cosa, si no te importa.
-Bueno, lo que
tú quieras -dice, haciendo como la que se enfada-. Cambio de tema. ¿Qué te
apetece hacer mañana?
-Estaba pensando
en nadar un poco por el río, ya sabes, por la zona del templo.
-¡Nicole! ¡Eso
está lleno de cocodrilos!-dice con cara horrorizada-… ¡Cuenta conmigo!
Sabía que se
apuntaría. Aileen es mi mejor amiga desde que ambas éramos unas crías. Es algo
más alta que yo, delgada, morena y con unos ojos marrón oscuro que le brillan
cada vez que la adrenalina le sube por las venas. Se podría decir que es como
mi hermana, pero no nos parecemos en nada. Bueno, en el espíritu aventurero que
nos corre por dentro.
-¿Qué le vas a
decir a tu padre?
-Lo de siempre,
le diré que voy a dar una vuelta contigo por el centro de la ciudad. Siempre
cuela. ¿Y tú? ¿Qué vas a decir?
-Oh, lo de
siempre, que vamos a dar una vuelta por el centro.
Nos miramos y
nos echamos a reír a carcajada limpia. Si nuestros padres supieran a donde
vamos realmente cuando les ponemos esa excusa, nos matarían.
Pasamos el resto
de la tarde charlando sobre lo que vamos a hacer mañana y lo que va a llevar
cada una: comida, refrescos, bañador, toalla… Las tardes se nos hacen cortas
planeando estas escapadas. Cuando queremos darnos cuenta, ya ha anochecido, y
decidimos irnos a casa.
-Nicole, mañana
a las siete, acuérdate.
-No te
preocupes, nos vemos a las siete en el sitio de hoy. Aunque no te preocupes por
coger sitio, a donde vamos nunca va nadie, solo lo conocemos nosotras.
Le guiño un ojo.
Es nuestro sitio secreto, a donde vamos cada vez que nos escapamos de casa para
vivir alguna aventura. Ella se ríe.
-Bueno, mañana
nos vemos. ¡Buenas noches!
-Buenas noches,
Aileen.
Nos dividimos en
mitad de la plazoleta que separa nuestras casas. Si me asomo a la ventana de mi
cuarto, veo su ventana, así que no hace falta salir para poder hablar un rato.
Llego a mi casa
con la esperanza de que mi padre no haya cenado todavía. ¡Estoy muerta de
hambre! Por suerte, cuando llego mi padre está sacando una pizza del horno de
piedra que tenemos en la cocina.
-¡Qué bien
huele! ¿De qué es?
-Carbonara, la
que a ti te gusta, ¿no?
-Sí, gracias
papá.
Voy a mi cuarto
a cambiarme antes de bajar a la cocina a cenar. Abro la ventana. En El Cairo
siempre hace calor, pero en verano se hace insoportable tener la ventana
cerrada en el cuarto. Mientras me cambio, voy buscando lo que me voy a poner
mañana. Saco el bañador del cajón y la ropa del armario y lo dejo todo encima
de la cama, junto con una mochilita en la que siempre llevo agua, una gorra
turquesa de visera plana, mis gafas de sol y un poco de crema solar. Nos vamos
de aventura, si, pero en El Cairo el sol pega muy fuerte. Me pongo mi pijama
corto rosa y mis chanclas celestes y bajo a cenar.
Cuando bajo, mi
padre está terminando de poner la mesa y la pizza ya está cortada. Lo ayudo a
poner las últimas cosas para cenar y nos sentamos a comer. Normalmente comemos
en silencio. Mi relación con mi padre no es muy buena que digamos. Hace unos
años no era así, y me da mucha pena.
Cuando yo tenía
dos años, perdimos a mi madre. Estaba de crucero con unas amigas por el río
Nilo, según me contó mi padre. El barco se tambaleó un poco con una fuerte
corriente muy inusual en el río y mi madre cayó al agua. Podría haberse
salvado, pero un cocodrilo del Nilo se le cruzó en su camino hacia la orilla,
mordiéndole por la cintura. No conservo muchos recuerdos de ella, pero sí
recuerdo que, desde aquel día, mi padre y yo establecimos una relación muy
fuerte que, por desgracia, se fue deteriorando con el paso de los años.
Hasta los nueve
años, la relación con mi padre seguía siendo muy buena. A partir de los diez
empezaron los problemas. Sin el apoyo de una madre que lo ayudara a educarme y
a criarme, mi padre se vio completamente solo con una niña muy rebelde y
aventurera, que le daba muchos dolores de cabeza.
A mi padre no le
gustaba que saliera de aventuras con Aileen, de modo que me castigaba mucho. Y
yo, rebelde, me escapaba de casa, haciendo caso omiso de las advertencias de mi
padre respecto a las aventuras.
Nuestra relación
fue empeorando hasta llegar a un punto en que ya casi ni nos hablábamos.
Pero esta noche,
acostumbrada a su espectral silencio, me sorprendió.
-¿Qué tal te lo
has pasado hoy, Nicole?
-¿Mm? Eh…bien,
supongo. He estado con Aileen en el centro.
-Genial. ¿Y
mañana? ¿Qué vas a hacer?
-Aileen quiere
salir otra vez y hacer un picnic por el centro.
-Estupendo.
Mientras no llegues tarde.
-No te
preocupes, papá, estaré aquí antes de cenar.
No volvimos a
hablar en todo lo que quedaba de cena, aunque ya era un logro haber tenido esa
mini conversación.
Cuando termino
de cenar, ayudo a mi padre a recoger la mesa en silencio, siempre en silencio.
Antes se hacía un poco incómodo, pero nos acabamos acostumbrado a no hablar. Mi
padre se va a ver la televisión mientras yo termino de secar los platos y de
guardarlos. Desde el salón, se escucha la voz del presentador de las noticias.
Nunca suelo hacer caso de las noticias, pero esta vez escucho algo muy
interesante desde la cocina.
-…una nueva pirámide. La mujer quedó atrapada
en esta pirámide, la cual no había sido descubierta hasta el momento. Se dice
que la mujer había salido a visitar nuestras famosas pirámides y la esfinge
cuando se topó con esta extraña pirámide. Seguramente, entraría para ver cómo
era por dentro. Dicha mujer llevaba desaparecida varios días cuando se la
encontraron cerca de la pirámide, muerta. La policía sigue investigando sobre
lo que ha podido pasar. Más tarde seguiremos con la noticia. Mientras, en los
deportes…
Eso sonaba
interesante. Una pirámide sin descubrir… No estaba mal. A ver, lo siento por la
pobre mujer, pero esa pirámide tenía buena pinta. Era un buen plan para una
escapada hacia la aventura. Debo recordar comentárselo a Aileen.
Aquí lo tenéis. No es el capítulo entero porque es demasiado largo para una sola entrada. Si gusta, seguiré subiendola poquito a poco para que vayáis viendo el progreso de la novela.
¡No olvidéis comentar y mandarme vuestros relatos de verano para el viernes! ¡Besitos!
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