sábado, 12 de enero de 2013

MI VIDA TRAS LA VENTANA~CAPITULO 1

¡Hola! Aquí tenéis otra de mis historias. ¡Comentadme qué os parece!



Odio ser la nueva. Odio ir andando por los pasillos de un nuevo instituto y sentir las miradas de decenas de personas sobre mi nuca, mientras abro la taquilla para coger mis libros. Odio todo eso y más. Pero mi madre parece que no se da cuenta porque, cuando consigo acostumbrarme a un instituto, a unos profesores, y cuando logro integrarme en un grupo de compañeros, ella va y me cambia de instituto. Pero no a un instituto de la misma ciudad, sino a otra distinta. Pero esta vez creo que he tenido suerte, aunque 'suerte' no es la palabra que mucha gente escogería. Me mandan a un internado, y me han prometido que voy a poder quedarme aquí lo que me queda de instituto. Genial...
Cuando fui a ver el internado con mis padres en verano, sentí que el alma se me caía a los pies. El internado es un oscuro edificio de arte gótico que me inspira más miedo que seguridad. Los próximos años van a ser una tortura, sobre todo porque tengo que llevar un uniforme penoso: falda a cuadros negros y grises, polo blanco y un jersey gris oscuro con el emblema del internado: dos cuervos negros como la más oscura de las noches volando sobre un tétrico campo de un verde sucio que da miedo de ver.
Lo primero que hice al ver que aquel oscuro edificio iba a ser mi residencia y mi sitio de estudio y, al fin y al cabo, donde iba a pasar mi vida durante los próximos tres años, fue poner la máxima distancia posible entre él y yo pero, por desgracia, mis padres me atraparon antes de poder siquiera salir del campus. Me dijeron que no tenía alternativa, que si quería terminar mis estudios en un sitio permanente tenía que ser aquí. Fue la única razón que me dieron, pero se les olvidó mencionar una razón de mucho más peso para ellos. Resulta que habían conseguido trabajo como profesores en el mismo internado en el que me habían inscrito. Que casualidad... El caso es que me pasé el resto del verano rogando y suplicando que no me mandaran a ese internado. No lo conseguí.
Así que aquí estoy. Hoy es el primer día de clase, y todavía no estoy preparada para afrontar lo que se me viene encima. Durante la llegada de los alumnos, me quedo en una de las esquinas más apartadas del portón de entrada, apartada, intentando no destacar. Por desgracia, todos los alumnos se fijan en mí, porque se nota a la legua que no encajo en este lugar. Definitivamente, los próximos cursos van a ser una auténtica tortura, aunque en este momento no soy consciente de lo ciertas que van a ser esas palabras en un futuro.

5 comentarios:

  1. Jaja yo también espero escribirlo pronto, sobre todo porque no eres el primero que me lo pide. Espero que pronto este subido en el blog.
    Besos!

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  2. Me encanta. Quiero más....

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  3. Kathara, esto hay que alargarlo porque al final siempre me quedo con la sensación de tener ganas de más.

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  4. Muy bien Kathara, te felicito por tomar esta decisión de elaborar un blog

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Bueno, aunque siempre lo digo, solo unos pocos me comentan. Un blog se alimenta de comentarios, ¡y la escritora también! Vuestros comentarios me animan a seguir escribiendo historias, reseñas... En fin, ¡cualquier cosa! Así que ya sabéis, ¿por qué no me dejáis un comentario? ;)

Gracias por tu comentario, en breve se publicará.